MI FORMACIÓN COMO TERAPEUTA

Como terapeuta gestáltico me he formado en la Escuela Madrileña de Terapia Gestalt, con Paco Peñarrubia, Annie Chevreux, Enrique de Diego, Águeda Segado, Juanjo Albert, Pedro de Caso y otros colaboradores.

He participado en el programa completo de psicoterapia integrativa SAT, dirigido por el Dr. Claudio Naranjo en España.

Me he formado como coordinador de técnicas psicoroporales del sistema Rio Abierto, con Graciela Figueroa, Maria Adela Palcos, Mariano Castillo, Armando García, Soledad Román, Bettina Wesman, Andrea Mitzes, Michel Robin, Alicia Gonzálvez …..

Me he formado como constelador familiar y sistémica con el Institut Gestalt de Barcelona, con Joan Garriga, Verónica Menduiña,, Marina Solsona, Joan Corbalán…y he participado en varios talleres de Stephan Hausner, Marianne Franke, Úrsula Franke…

También me he formado como constelador familiar y sistémico con el equipo Zentrum de Madrid, dirigido por Jose Carlos Pascual y Alejandra Malpica , con el apoyo de la universidad multicultural de México, CUDEC, dirigida por Angélica Olvera , y con Úrsula Stütz, Tiu Bozman, Miren Arzak, Angie Malpica, Alfonso Malpica, y con la Hellinger Sciencia de Alemania, dirigida por Sophie Hellinger y antes de su fallecimiento, por el propio Bert Hellinger.

Me he formado y me sigo formando , como constelador en sesiones individuales con Jose Carlos Pascual, Mayte Olarte y Úrsula Stütz.

Claudio Naranjo

Bert y Sophie Hellinger

José Carlos Pascual Rosado

Graciela Figueroa

Angélica Olvera

Águeda Segado, Paco Peñarrubia
Enrique de Diego, Annie Chevreux

Joan Garriga

MI EXPERIENCIA CON LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Ya desde mi niñez me cuestioné si en un universo tan grande, no habría otros seres inteligentes, (aunque ahora, de adulto, me cuestiono que es eso de la inteligencia humana), nada más que en este planeta (me parecía mucho desperdicio de un espacio casi infinito) y con el paso del tiempo, si la vida seguía más allá de la muerte del cuerpo físico, más allá de lo que se nos contaba en la iglesia católica, de que después de la muerte íbamos al infierno por todo la eternidad (qué terrible), o al purgatorio( por un tiempo), o al cielo, también por toda la eternidad (me parecía algo aburrido).

La vida poco a poco, paso a paso, me ha ido dando respuesta al segundo interrogante, al de si la vida sigue después de la muerte. La primera señal clara y directa fue justo el día en que falleció mi padre, con el que tuve la gran oportunidad de reconciliarme con él, acompañándole en su agonía. Cuando mi padre se calmó, después del susto de enfrentarse a lo desconocido, mi madre se quedó con él y yo me fui a otra habitación a descansar. Poco después de las 12 de la noche, algo invadió un rincón del techo, de la habitación donde yo estaba. Era como una nube invisible, que me llenó de paz y tranquilidad. Unos minutos después, vino mi madre a decirme que creía que mi padre había fallecido. Y sí, había fallecido y su alma, antes de partir no sé hacia donde, me vino a visitar y colmar de paz.

La otra respuesta a si la vida, o mejor dicho la existencia de una persona seguía de alguna manera, después de la muerte, me llegó justo 9 meses del fallecimiento de mi madre. Se me presentó en un sueño, como un ser casi transparente, sentada en una silla, con un semblante muy sereno, y de forma metafórica, me dijo: “fulanita( no me dijo su identidad) y yo hemos estado en el corral , echando de comer a los pollitos y hemos hecho lo que hemos podido.” Un mensaje bien claro de que como madre y posiblemente su madre, habían hecho lo que habían podido a lo largo de sus vidas en la alimentación, educación y cuidado de sus hijos.

Mi práctica espiritual, si este concepto lo entiendo como ir un más allá del cuerpo y de la mente, más allá de lo que se ve a simple vista, se basa en la práctica regular de zazén desde hace muchos años. También he bebido de la fuente del budismo Dzogchén , del que he recibido enseñanza directa del lama tibetano Namkai Norbu.
El libro de Un curso de Milagros ha sido y sigue siento una fuente de inspiración para mi vida e ir un poco más allá de los juicios hacia mí mismo y hacia los demás. Un encuentro con las enseñanzas del maestro Jesús, con mucha más profundidad de la que conocía a través de la religión católica.

El encuentro con Amma y sus enseñanzas, me está dando una mayor conexión con el corazón, el amor y la compasión.

Moriyama Roshi con mi maestro
Ten Zen (Carlos Torrubias)

Namkai Norbu

Amma